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domingo, 29 de enero de 2012

¡Querida Susi!

Querida Susi,


¡Querida Susi!


 Os pongo en antecedentes de la cuestión que nuestra amiga Susi me planteaba, pidiendo consejo.


Qué hacer con tu novio, que no quiere decir que estamos juntos y que se dedica a llamar guapa a toda la que se le pone por delante y por internet, pero por privado te dice que te ama, aunque ante los demás somos solamente amigos.

Definitivamente lo tuyo no se puede encuadrar en lo que viene siendo un CDTN.
 ¿Y por qué?, te preguntarás. Desde luego la C la tiene ya que un CAPULLO lo es y con todas las letras.
Pero un requisito imprescindible para ser un CDTN, es ser un N y cariño, tú NOVIO, no tienes.
A lo que tu tienes le podemos llamar un “apegado” que eso sí que lo es, porque por lo menos, digo yo, que se te apegará en condiciones ¿no?
A ver cómo te lo digo de la manera más delicada posible. Un hombre solamente esconde una relación con una mujer, por un motivo y es “otra mujer”
Tendría que saber algo más para decidirme por una novia oficial en la Cochimbamba, o un amor secreto en la puerta de al lado, pero seguro que si indagas un poco algo encuentras.
Cariño los hombres adoran pavonearse de sus conquistas, presumir con los amigos de lo loquita que tienen a tal o cual chica, es un placer al que solo renunciarían por una puntuación que ellos consideren superior.
Y no la hay. Repite conmigo. “Ninguna otra es mejor que yo” “Nadie tiene derecho a esconderme” “La más guapa soy yo”
Que te dice que te ama en privado. Pues recuerda que cuando se ama, se ama en todas partes, no se ama en la cama sí y en la cocina no, o en el salón sí, pero en el pub no.
Resumiendo, opciones;
a)      Seguir tal cual hasta que encuentres a alguien que te merezca si es que te entretiene, siempre y cuando no te engañes con lo de NOVIO.
b)      Mandarlo a la mierda y ser totalmente libre.
c)      Mandarlo a la mierda y ser totalmente libre.
d)      Mandarlo a la mierda y ser totalmente libre.

Sí ya sé que me repito pero… tu ASUNTO ha conseguido que inventemos un término nuevo. CDTA, efectivamente El Capullo De Tu Apegado.
Ya me dirás por cuál te decides.
Desde el cariño.



martes, 17 de enero de 2012

COLMILLO DE ORO

Colmillo de Oro
-¡Bela, Bela!- grita Rita entrando como una ráfaga en el laboratorio, donde yo diligentemente estoy preparando... por supuesto CAFÉ ¿qué esperábais?, no seáis exigentes que son las siete de la mañana de un sábado.
-Ufff, te sobran dos kilos, para mi gusto -le digo a mi amiga.
-¿Me estás llamando gorda de buena mañana?
-Yo hablaba de tu energía. ¿Podrías no chillar hasta digamos... las once?
-He conocido a alguien -me dice entudiasmada quitándome de las manos el primer café.
-¿Y cuánto mide? -le pregunto poniéndome otro.
-¿Cómo puedes ser tan superficial?
-No jodas, ¿tan bajito?
-No es bajito, es... como el marido de Meli.
-Como el marido de Meli según ella, o según el resto del mundo.
-El resto del mundo.
-Bueno, eso es pasable.
-¿Puedo? Por favor ¿puedo? es que es muy majo.
Tendría que aclarar que después del problema con su acosador particular, los hombres de su vida tienen forzosamente que pasar una inspección técnica. Como la de los coches.
-¿A qué hora os habéis separado?
-A las tres.
-¿Y te ha llamado ya? -Rita baja la mirada, retuerce el morro y contesta un no apenas audible.
-Rita, toda la verdad, vamos.
-Está bien, un mensaje, solo uno de buenas noches.
-Ummmhhh, me gusta su estilo, vale tiene posibilidades. Pero si te llama más de tres veces hoy, fuera y nada de cogerlo al primer toque ¿eh? que sufra.
-¿Quién es el pobre incauto? -pregunta Gotic, entrando en ese momento.
-El nuevo novio de Rita -contesto.
-No es mi novio -protesta ella.
-¿Quién no es tu novio? -pregunta Juan, otro de los especialistas que entra directo a por el café.
-¡¿Alguién más está interesado en mi vida sexual?! -grita Rita muy enfadada. Y como no puede ser de otra manera, Meli está abriendo la puerta en ese instante, por lo que la gente que está desayunando en las mesas de la terraza de la cafetería, dejan sus quehaceres realmente interesados en lo que esconden las palabras de Rita. Ella roja como un tomate, escapa corriendo hacia el quirófano, por la puerta trasera. Voy tras ella mientras los demás no pueden evitar la risa.
-Rita, tranquila toda esa gente también tiene vida sexual, o no claro, porque algunos están ya casados y eso.
-Tú estás casada -me recuerda.
-Me gusta pensar que soy la excepción.
-¿Con qué cara voy a ir luego a la cervecita?
-Con la cara de una mujer satisfecha.
-Eso sí -me dice con una sonrisita.
-Por cierto ¿me has votado en el concurso de Más que Vampiros?
-¿Alguien ha preguntado por mi? -exclama Gotic. ¿Conocéis a Gotic el vampiro anestesista?
-No y no hables alto o te tomarán por loco -le digo yo.
-¿Qué tengo que hacer? -me pregunta Rita.
-Mandar un mail, a masquevampiros@hotmail.com, ellos te envían un formulario, lo rellenas y lo mandas y ya.
-¿Y eso para qué? -pregunta Gotic.
-Porque estoy nominada en la categoría de mejor autora romántica de 2011.
-¿Y tengo que votar por ti?
-Si no quieres quedarte sin suministro de sangre fresquita va a ser que sí.
-Ahhhh, voy.
-Seguro que ganas -si amenazas igual a todo el mundo, no habrá quien se atreva a no votarte.
-No creas, no hay mucha gente a la que le guste beber sangre Rh +, grupo indiferente. Además lucho codo a codo con las grandes, pero la nominación ya me ha valido un subidón.
-Como el que tuvo nuestra amiga anoche -dice Gotic, haciendo un brindis con su zumo de Rh+.
-Sí, supongo que ha sido como un orgasmo, pero sin todo el esfuerzo físico.
-¡¡¡Mucha mierda!!! -dijeron todos a la vez.
Rinnng, rinnng, rinnng.
Rita mira el teléfono y sonríe.
-La primera y contando -le advierto.

miércoles, 11 de enero de 2012

¡Feliz Año Nuevo Canarias!

-¿Se puede? –pregunta mi marido tocando a la puerta de MI baño.
-¡Noooooo!
-¿Estás haciendo algo?
-Estoy desollando un conejo ¿tú qué crees?
-¿Te estás depilando? –me pregunta muy serio.
-No… ¿por qué crees…?
-Como has dicho…
-Era una ironía hombre, ya te vale.
-Y yo que sé, sonaba a eso.
-Pero que bruto eres a veces, corazón. ¿Qué quieres?
-¿Te queda mucho?
-Cinco minutos menos que hace cinco minutos.
-Llevas un montón ahí dentro.
-Cinco minutos más, que hace cinco minutos. ¿No te cansas de tener siempre la misma conversación?
-En cinco minutos vuelvo.
-Ya veo que no. Aquí estaré.
-¿Aquí? ¿No habrás terminado para entonces?
-¡Aaaarrrrgggggg! –grito saliendo del baño -. Ya lo has conseguido.
Me dirijo al vestidor  con el pelo a medio arreglar y seguida de cerca por Ace.
-Al final llegaremos tarde –me dice.
-Las uvas no son hasta las doce y ahora son las ocho –digo mirando el Viceroy de mi muñeca –aún tenemos tiempo.
-Muy graciosa, hemos quedado a las nueve y mientras llegamos…
-Cariño, sé que en tu mundo cuadriculado, no, pero para el resto “sobre las nueve” quiere decir a las nueve y media como pronto.
-Eso dices siempre y luego, siempre llegamos tarde.
-Llegamos tarde pero los primeros, bueno excepto Richi que es igual que tú, solo que vive más cerca.
-Lo que tú digas, pero qué te queda.
Me acerco despacio a él, apoyo la mano en la puerta y la cierro de un portazo dejándolo al otro lado.
Mi mirada se dirige hacia dos destellos de color rojo encima de la cama del cuarto de invitados, que es donde mi vestidor y mis zapatos están exiliados. ¡Ja! esta es la mía, pienso.
Me visto, me maquillo y termino de arreglarme el pelo, me coloco los botines con un discreto tacón de cinco centímetros y salgo con el calzoncillo rojo de mi chico en la mano.
-Cariñoooo –lo llamo.
-¡Por fin! –exclama él.
-Se te ha olvidado algo –digo balanceando la prenda en la mano.
-¡Joder! Pues paso de cambiarme para cumplir la puñetera tradición.
-¡Ah no! el calzoncillo te lo pones, que no quiero tener mala suerte por tu culpa –digo lanzándoselo. Lo sigo hasta el dormitorio de cerca.
-Ni se te ocurra abrir la boca –me dice mientras se deshace de los pantalones, al verme mirar el reloj -. Seguro que no te habías dado cuenta hasta que has terminado ¿no?
-Me has dicho que no abra la boca.
-Él me mira entrecerrando los ojos.
-¿Te ayudo? –digo acercándome.
-Mantente a dos metros por lo menos.
-¿Te molesta que te agobie mientras te cambias? –pregunto socarrona.
-No, porque yo ya estoy, vamos –me dice cogiéndome de la mano y tirando de mi hacia fuera.
Al adentrarnos por el camino lleno de baches y agujeros que da a la casa de campo de mi amiga Dikinson y su chico Tote, distinguimos un coche.
-¿Ves? ya llegamos tarde –se queja Ace.
-Claro claro, ya hay ¡UN COCHE! –remarco yo –y naturalmente es el de Richi y Bego -. Mi marido me dirige una sonrisita de satisfacción. Son las nueve en punto.
A las doce menos diez según el reloj de pared de la casa. Unas dieciséis personas, hemos dado buena cuenta de la cena y esperamos ansiosos alrededor de la mesa con el cava y las uvas preparados, todos expectantes como si esperásemos que este año nos trajera cosas extraordinarias, vamos como todo el mundo, cada fin de año.
-¿Qué cadena dejo? –pregunta Tote con el mando en la mano.
-Pon la del Marca, que en vez de campanadas es con puñetazos de boxeo –sugiere alguien.
-Ahh, eso mola –otra voz.
-No, la sexta que es el Wyoming –alguien más.
-¿Y por qué no la primera de toda la vida? –una nueva voz.
-¿Qué hora es ya? –pregunto yo.
-Tranquila -me dice Dikinson mirando el reloj de pared –aún son menos cinco.
En ese momento en la tele, un hombre trajeado habla sin que ninguno de los presentes le escuche.
-Esto es un rollo –comenta Tote, cambiando el canal.
-Nueve –dice un zombi con cara de Wyoming.
-¿Ha dicho nueve? –alguien.
-No puede ser sin son menos cinco –Dikinson.
-Menos cinco eran hace cinco minutos –yo.
-Es el Wyoming estará de coña –Ace.
-Es verdad, mira bajo pone publicidad –yo.
En ese momento vemos como se abrazan.
-¡¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!!!! –los zombis de la tele.
-No puede ser en el reloj pone menos cinco –yo.
-Cariño –Ace –me temo que el reloj se quedó en el año pasado.
Al ver la realidad, algunos se han metido todas las uvas de golpe apurando el final del minuto uno del año. Otros han optado por tomarlas tranquilamente como si no pasara nada. Bea ha acabado con los doce Lacasitos, es que además de disfrutar rompiendo tradiciones son más de su gusto.
Dikinson y yo nos hemos mirado y hemos fulminado el reloj en el que confiábamos ciegamente.
-¿Ves? –dice Tote poniendo la primera -y cuatro. ¡Feliz Año! -.
Llegan los besos y los abrazos pero yo me niego.
-¡Un momento! –sonrió abiertamente ante mi ocurrencia –creo que tengo algún antepasado canario, así es que este año tomaré las uvas con ellos en su honor.
-Claro, por decisión propia ¿eh? eres única cariño –me dice Ace dándome un beso en la coronilla.
-No, espera. Bela tiene razón, es buena idea. Yo te acompaño.
A la una menos cuarto, Dikinson y yo estamos plantada delante de la tele. De la primera de toda la vida, a la vieja usanza, traje de gala y demás. Contándonos como se debe hacer, porque de un año para otro y después de cuarenta años, seguimos sin distinguir los cuartos.
Poco a poco los demás se animan a acercarse, ahora sí son menos cinco. Y llegan los cuartos, las campanadas, las uvas y…
-¡Feliz Año Nuevo Canarias!