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jueves, 23 de junio de 2011

UN ALIEN EN LA CABEZA DE BELA

          
Desnuda, con una bata de papel, sin mis habituales collares y pendientes, pero  ataviada como los astronautas, con un súper casco.

Al entrar en agujero noto un pinchazo en la cabeza. El agujero es como conocemos en los hospitales al aparato de resonancia magnética. La resonancia es una de las pruebas que me ha mandado el otorrino para descartar que tenga neurinomas.

-¡Aaaay! Esto me tira- le digo a mi excompañera y amiga Mariem la técnico de rayos.
-¿Dónde te tira?- me pregunta.
-En la cabeza, aquí atrás, noto como un pinchazo.
-A ver si te has dejado algún gancho- me sugiere.
-Para sujetarme ¿qué?- le contesto yo pensando en mi nuca rapada.
Ella me hace una mueca que deja a las claras que no le ha hecho ninguna gracia mi tono, ahora me sabe mal y pongo acento de niña buena.
-De verdad que no llevo nada pero sácame que duele.
-¡Rebeca!- Mariem llama a la radióloga después de comprobar que no llevo nada en el pelo.
-¿Qué pasa?- pregunta ésta.
-Parece que le dan pinchazos- le contesta Mariem.
Se repite la inspección de cabeza que hace un momento a llevado a cabo Mariem. A mí me recuerda a cuando mi madre me andaba en busca de piojos.
-Será el champú- dice muy convencida.
-Mira champú carcelario- rio yo, ella no se ríe, me mira un poco enfadada.
-Perdón. Lo digo por lo de los tatoos, los carcelarios llevan metal, ya sabes- nada no coge el chiste.
-Bela parece mentira- me dice- tú ya sabes de qué va esto, piensa en otra cosa, relájate y aguanta el tirón que tampoco hay para tanto.
Joder, por hacerme la graciosa que bronca me ha caído.
-Vale, me callo pero me duele.
-Belaaaaa.
-Vale, vale ya me tumbo.
Dos minutos después.
-¡¡¡Sacadla, sacadla rápido!!!

Cuando salgo ya vestida mi marido viene hacia mí con una sonrisa en los labios.
-Que fuerte no te lo vas a creer, han tenido que sacar a una porque casi se queda pegada al aparato, resulta que tiene una cosa en la cabeza.
Tal vez fue mi ceño fruncido, o mi apretada boca, o mis puños a punto de estrellarse contra él, pero se dio cuenta.
-¡¿No jodas?!- me dice.
Le fulmino con la mirada.
-Debí imaginármelo- me susurra.
-¿Qué quieres decir con eso?
Él se acerca y me acoge en su gran y reconfortante pecho y yo pienso que agustito se está aquí, hasta que noto cómo le tiembla.
-Eres un capullo- le digo levantando el rostro hacia él- pero Ace sigue conteniendo la risa, hasta que me contagio y rio con él.
-Todo saldrá bien, ya verás- me tranquiliza dándome un beso en la frente.

1 comentario:

Bela Marbel dijo...

Aunque os parezca raro durante muchos años el alien vivió conmigo